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Cambio de rumbo profesional

Elegir qué estudios cursar, decidir si un trabajo te abrirá nuevas oportunidades laborales o pensar en dejar el puesto que tienes actualmente, a pesar de la difícil situación económica son algunas de las dudas más comunes. Hay personas que tienen clara su vocación profesional desde muy temprana edad, sin embargo, en torno a la mayoría de edad el porcentaje de gente que no sabe qué camino escoger suele ser bastante amplio. Por eso entra dentro de la normalidad empezar una carrera y, tras el primer año, descubrir que no es lo que esperábamos para cambiar de estudios en el curso siguiente.

También en un trabajo puede suceder. De hecho, es mucho más frecuente que el primer empleo que se encuentra no sea el definitivo. A pesar del pensamiento español de “ojalá encuentres un buen puesto y te coloques”, lo cierto es que las situaciones y aspiraciones cambian con el tiempo, por lo que no es de extrañar que los empleados también quieran variar su situación laboral bien dentro de la empresa, bien mudándose a otra compañía.

El cambio de rumbo profesional puede venir forzado, como ha ocurrido con la crisis o tras las primeras experiencias laborales, en las que sientes que “no es lo tuyo”. Para decidir el cambio de sector o de puesto se deben tener en cuenta factores como la formación y experiencia con la que se cuenta, pero influye también un rechazo social al “qué dirán”, la incertidumbre de no saber “a dónde nos llevará el nuevo camino” o la tendencia a la comodidad en algo “que ya conocemos” frente al esfuerzo extra que supone buscar otro trabajo y aprender el funcionamiento del mismo dentro de la empresa.

Los expertos consideran que el ciclo de vida laboral de una empresa tiene entre tres y cuatro años de media. Es el tiempo estimado para acceder a un puesto, aprender a desenvolver con soltura las funciones, evolucionar profesionalmente y sentir que se ha tocado techo.

Ante esta perspectiva, debes confiar en segundas oportunidades. Aprender del puesto en el que se ha estado y saber aplicarlo al próximo trabajo, desarrollar una idea de negocio o retomar esos estudios que dejaste pendiente pueden ser algunas de las opciones para reorientar tu carrera profesional.

El cambio de rumbo en el trabajo sólo debe seguir una premisa: que el nuevo camino esté acorde con tu filosofía de vida y te permita cumplir con tus aspiraciones profesionales, así te sentirás mejor en el nuevo empleo y podrás desarrollar tu potencial laboral y personal.