Trabajar o estudiar en el extranjero es una experiencia que enriquece a cualquiera, además de un elemento diferenciador en un CV, ya que nos permite desarrollar nuestra capacidad para adaptarnos a un entorno distinto, con una cultura e idioma que desconocemos, y nos predispone a ser más flexibles ante cambios de esa naturaleza en nuestra vida profesional.

Por eso, existen muchas becas para estudiantes que permiten estudiar o trabajar fuera de nuestras fronteras. La más conocida es, sin lugar a dudas, la beca Erasmus (programa de intercambio de estudiantes universitarios europeos con 25 años de historia). Pero no es la única. Las becas Argo Global, por ejemplo, permiten a titulados la realización de prácticas en empresas en otro país. Las becas Faro nutren a estudiantes de su primera experiencia profesional en el extranjero. Existen también becas para el aprendizaje de idiomas, como las becas MEC, o becas auspiciadas por fundaciones de cajas de ahorro o universidades.

Otra modalidad de beca, más especializada en el desarrollo profesional internacional, son las becas de internacionalización. La pionera y de mayor prestigio es la conocida como “Beca ICEX”, que permite la formación teórico-práctica de un número muy limitado de estudiantes al año (alrededor de 200, con una rigurosa selección previa) en Oficinas Comerciales de España en el extranjero y en empresas españolas internacionalizadas. Con un objetivo parecido algunas Comunidades Autónomas (como Galicia, Comunidad Valenciana o Andalucía) ofrecen programas que facilitan la internacionalización de empresas de sus respectivas regiones.

Los lectorados para enseñar español en el extranjero, promovidos por el Ministerio de Educación o diferentes universidades, son otra baza para el que desea ampliar su formación y experiencia fuera.

Sin lugar a dudas, la opción de aprovechar una beca fuera de España, es una práctica cada vez más común y demandada en las empresas.