“La suerte está echada”, o más exactamente, “el dado ha sido lanzado”. Según esta citación del poeta romano Ovidio, la suerte gobierna nuestras vidas. Hoy en día también, el factor suerte juega un rol de primera importancia en la búsqueda de trabajo.

De hecho solo el 15% de los españoles confían en su talento y formación para encontrar trabajo. El resto, apelan a sus contactos y golpes de suerte para alcanzar un puesto; lo que confirma el desánimo y desconfianza por la situación actual. Más exactamente, el 22% cree que la suerte es uno de los valores que más influye a la hora de conseguir empleo y un 48% piensa que contar con una buena red de contactos es lo más importante para acceder al empleo.

Sin embargo no hay que pensar que la solución a nuestros problemas venga de mano de la suerte entendida como azar. Hay que trabajar duramente para conseguir lo que queremos, se trata de un entrenamiento diario que comienza por fijar unos objetivos y establecer un plan de acción.
Para ayudarte en este reto te proponemos 4 aptitudes (aconsejadas por Margie Warrell de Forbes) que te ayudarán a sentirte más afortunado cada día y lograr así tus objetivos.

Creer en la suerte.

Aunque no se puede diseñar la suerte, se puede trabajar para que se haga más probable. Primero hay que dejar de lado la timidez e ir en búsqueda de oportunidades. Contacta con la gente de tu red, presentarte, ellos te podrán ayudar a que llegue el “golpe de suerte”.

Buscar la Serendipity.

El doctor Richard Wiseman, un psicólogo ingles que estudió el fenómeno de “la suerte”, descubrió que las personas afortunadas mantienen una actitud más extrovertida y una actitud relajada y positiva hacia la vida, tomando riesgos y abriéndose a nuevas experiencias (Serendipity).

No gafarlo.

Las personas, supersticiosa o no, a menudo usan trucos psicológicos para mantener una actitud positiva durante la frustrante búsqueda de empleo. Si entras en una entrevista convencido de que fallarás, tu falta de confianza no va a impresionar a los directores de recursos humanos. En su lugar, trata de creer que vas a obtener el trabajo. Al fin y al cabo, la suerte es un estado de la mente.

Ser supersticioso.

La superstición puede que no sea exactamente una fuerza positiva, pero puede ayudar a sentir algún grado de control sobre una situación abrumadora. Si sientes que llevar una cierta corbata o comer un cierto desayuno puede hacer una diferencia, sigas adelante y disfrutas de tu superstición.

En conclusión, no te olvides de prepararte adecuadamente porque como dice Seneca, la suerte llega cuando la preparación encuentra la oportunidad. ¡Al final no puedes esperar que ella haga todo el trabajo!