//
Estás leyendo...

Actualidad

¿Es el 2014 el año de la salida de la crisis?

Desde el comienzo de este 2014 el asunto de la crisis económica ha visto un alternarse de opiniones contrastantes: algunos piensan que la recuperación económica está aún lejos, mientras otros creen que la situación está mejorando y que se empieza a ver la luz al final del túnel.

A favor de esta última opinión es el Informe de la Eurozona de junio los cuales datos evidencian una cierta confianza en la recuperación.

Según el informe, elaborado por Ernst & Young, por la primera vez después de dos años de decremento del 1’1% en el Producto Interior Bruto de la Eurozona, los países periféricos (también llamados PIGS) comienzan a acelerar su crecimiento.

Las señales de recuperación que están mostrando algunos países han producido un cambio en el criterio de evaluación y clasificación de los países miembros. Ahora se evidencian cuales son los países que más rápido se han adaptado al cambio frente a los que han intentado simplemente aguantar la crisis y que ahora están perdiendo competitividad (Francia, Italia, los Países Bajos).

Los sectores entre los que se prevé mayor crecimiento durante los dos años, 2014 y 2015, son: comunicaciones (2.2% y 2.7% respectivamente), las manufacturas (1.9% y 2.6%) y la construcción, el sector más damnificado por esta crisis, con un crecimiento previsto del 1.8% para este año y un 2% para el próximo.

La noticia debe pero ser tomada con un optimismo moderado porque si bien la situación va a mejorar, aún hay altas tasas de desempleo y la nube de la deflación amenaza con volver a sumirnos en una recesión (recordamos que la inflación de mayo para la Eurozona fue del 0.5%).

España, según el informe, tendrá un crecimiento en torno a la media de la Eurozona en 2014, un 1.1% de PIB, y superará al de la zona euro en 2015, con un 1.6% frente al 1.5% de la media de los socios europeos.

Contrariamente a la época de la burbuja en la que la economía se sostenía fundamentalmente gracias a la construcción y al turismo, se espera que el crecimiento futuro esté más nivelado y se sustente en un aumento de la demanda doméstica, mayores inversiones en bienes de capital y un crecimiento del gasto de los consumidores.

La clave para la recuperación lenta y sostenida está en la demanda interna, el crecimiento de las exportaciones (salvavidas en España durante la crisis) y el aumento de las inversiones. Y sobre todo, para seguir siendo optimistas, es importante que el Banco Central Europeo tenga bajo control el peligro de la deflación para abortarla cuanto antes en caso de que el escenario se confirmara.