Las cifras de crecimiento económico apuntan a una mejora de la economía general de nuestro país, dando una señal optimista hacia la recuperación y la salida de la crisis. No solamente mejoran los números internos, si no que en el segundo trimestre de este año, España lideró el avance de la zona euro, con un alza del PIB del 0,6%, frente al estancamiento de Francia (0%), la contracción de la economía germana (-0,2%) y la recesión en la que ha vuelto a sumirse Italia.
Estos datos están comprendidos en el diagnóstico sobre Europa, realizado hace unos meses a servicio de una de las principales entidades financieras alemanas, el Deutsche Bank. Viendo ese escenario, se llegó a declarar que “España se está germanizando mientras Alemania se afrancesa a pasos agigantados, casi a la misma velocidad a la que Francia se españoliza”.
Todos conocemos como en varias ocasiones nuestro país estuvo al borde del rescate. En el mayo de 2010 los principales responsables del FMI, el BCE y la Comisión Europea enviaron un ultimátum al entonces presidente del Gobierno, Zapatero: «Tome medidas o intervenimos el país».
No obstante la aprobación de la congelación de las pensiones y el recorte del sueldo de los funcionarios, en agosto de 2011, PP y PSOE tuvieron que pactaron modificar la Constitución para incluir la obligación de equilibrar las cuentas.
Y con el nuevo Gobierno de los populares de nuevo nuestro país se situaba al borde del precipicio. En 2012 el incumplimiento de los objetivos de déficit y el agujero en muchas cajas de ahorros obligaron al Ejecutivo de Rajoy a pedir ayuda a Europa para salvar a las entidades financieras.
Inmediatamente después, apunta Deutche Bank, España ha variado su modelo económico enfocándolo hacia un crecimiento moderado y la recuperación de la competitividad de sus empresas por una vía muy alemana: la contención de los salarios.
Las reformas puestas en marcha por el Gobierno en este periodo han sido claves. Una de las primeras a ser aprobada fue la muy criticada reforma laboral. El objetivo era flexibilizar el mercado de trabajo de modo que las empresas pudieran adaptarse a la crisis sin que eso se tradujera en despidos.
Ahora la reforma empieza a dar sus frutos y España empieza a crear empleo con un mínimo crecimiento económico. Hasta hace unos años era necesario crecer a ritmos anuales de al menos el 2% para empezar a crear empleo. Hoy se están creando puestos de trabajo con una economía que crece poco más del 1%.
Junto a la reforma laboral, la reducción del déficit público es otro de los logros que ha permitido a España recuperar la confianza de los inversores. Aunque el déficit público, todavía es abultado, se prevé cerrar este año con el 5,8% del PIB.
Estas reformas, unidas a la de las pensiones, del sector eléctrico y la de la unidad de mercado, están sirviendo para que España recupere la credibilidad en los mercados y en Europa.