No todos podemos disfrutar de una jornada laboral corta. La mayoría de los trabajadores realizan trabajos a tiempo completo, desde la mañana hasta la tarde, por tanto, respetar las pausas de la jornada es vital a fin de rendir más en nuestras tareas diarias. Los tiempos de descanso estipulados deben respetar escrupulosamente sin tampoco abusar continuadamente del descanso del desayuno o de la comida.
Por norma general, la mayoría de empresas disponen de una pausa a media mañana para tomar café o el bocadillo que se integra perfectamente dentro de la jornada laboral así como otra más prolongada para comer al mediodía. Este tipo de pausas, tienen dos usos, un uso correcto y un uso abusivo. El uso correcto radica en la normalidad y flexibilidad, porque un día te puedes tomar el café en diez minutos y seguir con las pilas puestas y otro día te puede apetecer estar parado veinte minutos. El abusivo es el trabajador que normalmente extiende esta pausa hasta el infinito de forma generalizada.
Los horarios pueden ser negociados con el trabajador y la empresa. No todos los puestos deben tener una rigidez horaria, sino que cuando el empleado se encuentre agotado y necesite despejarse se le permita hacerlo, siempre y cuando controlando que no se produzcan prácticas desmedidas. Hay quién intenta eludir el trabajo y quién es responsable con sus labores diarias, esto debe ser vigilado por la propia empresa.
Respetar la normativa de riesgos laborales también es clave a la hora de estipular las pausas. Quién trabaja delante de un ordenador necesitará descansar la vista cada cierto tiempo, lo mismo que un trabajador en una fábrica. Y es que, sin duda, estos descansos son un período de recuperación del cuerpo, que sigue a los estados de tensión por consecuencia de carga física generados en la actividad laboral y fuera de esta. Por tanto, se deben respetar para mejorar salud y eficiencia laboral.
Estos “respiros” mejoran el rendimiento físico y mental, disminuyen los riesgos de que se produzcan enfermedades profesionales y mejoran la relación interpersonal laboral. ¿Hacen falta más motivos para las pausas durante la jornada laboral?